Sabía que sólo duraba un instante,
pero sentirse diferente la henchía de orgullo,
tanto que creía explotar.
En esos segundos imaginaba ser el Sol
ocultándose tras la montaña más bella.
-
Las burbujas no hablan entre ellas,
y por eso no saben que todas,
en algún momento del día,
son un atardecer o un amanecer
para unos ojos soñadores.
Inutil pretender atrapar la luz.
ResponderEliminarHermoso rincón Mencía Aranda. Felicitaciones.
Me tocó trabajar en la expo y, francamente, nunca la vi desde una perspectiva tan poética. Felicidades por sacar algo bueno de un acontecimiento que precisamente carecía de ello.
ResponderEliminarComo dice Marcos, resulta casi mágica la capacidad de extraer belleza de lo aparentemente mundano. Saber mirar es la clave.
ResponderEliminarHermosísimo.